Uy. Lo ha vuelto a hacer.
Elliot Hansen tiene la terrible costumbre de enamorarse de todos los hombres con los que sale.
Sus amigos están hartos y hacen una lista del hombre perfecto para Elliot.
Esa V...
Esos abdominales...
¿No debería un novio ser más que la suma de sus partes?
Pero cuando el sexy detective Winston Rogers irrumpe en su dormitorio para detener a un ladrón, Elliot sabe que no le importaría tachar una o dos cosas de esa lista con él.
¿Y si lo tuviera todo?
Cinco años después de la muerte de su marido, Winston Rogers está soltero y decidido a seguir siéndolo.
Se vuelca en su trabajo, cuanto más peligrosa sea la misión, mejor.
No puede afrontar otro riesgo para su corazón.
Pero entonces un arresto rutinario en la habitación de su vecino hace que Win busque algo más que pruebas, ya que la dulce sonrisa y los ojos vulnerables del hombre tocan una fibra sensible en su interior que Win creía perdida para siempre.
¿Por qué no disfrutar del otro sin ataduras?
Win y Elliot deciden hacer su propia lista.
Regla nº 1: Estrictamente amigos con derecho a roce.
Regla nº 2: No hacer nada estúpido como enamorarse.
Regla #3...
Mira cómo Elliot y Win ignoran las reglas #1 y #2